Método experimental
También conocido como hipotético-deductivo,
pasa por tres fases:
Elaboración de hipótesis precisas acerca de aquellos
aspectos de la realidad que constituyen el objeto de estudio. A partir de las hipótesis
el investigador saca ciertas deducciones,
finalmente se deberá comprobar de forma empírica la validez de su hipótesis y
deducciones mediante la realización de estudios específicos a los que se
denomina experimentos.
Los experimentos pueden
ser definidos como situaciones artificiales y totalmente controlados por la observación
y permiten la contrastación empírica de hipótesis sobre la relación de
causalidad.
La capacidad de un
experimento para contrastar hipótesis causales viene definida por la posibilidad
de manipular de forma reversible ciertas variables (VI), también por el control
de otras variables y por la observación y medida de los cambios que la manipulación
de las variables independientes producen en las variables que desea explicar
(VD)
Método comparativo
La utilización del método
comparativo nos permite comprender cosas desconocidas a partir de las
conocidas, explicarlas e interpretarlas, señalar conocimientos nuevos o
resaltar lo peculiar de los ya conocidos, así como sistematizar la información
enfatizando las diferencias.
Sin embargo para aplicar
el método comparativo es necesario que exista un objetivo específico, de otra
manera no existe como tal. La comparación debe realizarse entre entes que
tengan similitudes y diferencias para tener un punto válido de partida.
La aplicación del método implica
la clasificación del universo en clases. A menor número de clases, mayor será
la variación intra-clase. Por el contrario, mientras mayor es el número de
clases, menor es su variación interna.
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